Lecciones de la conferencia de la Deuda de Londres de 1953: Un destino común para la UE

 

El 23 de abril, los jefes de Estado de la Unión Europea (UE) intercambiaron puntos de vista en una  videoconferencia destinada a consultar medidas específicas que marquen el camino para que la Unión en su conjunto encuentre la salida de la crisis del corona virus e inicie su reestructuración económica.

 

Aunque los jefes de Estado no lograron decidir una gran estrategia nueva para la recuperación económica de Europa, terminaron la reunión con la adopción de medidas que los ministros de Hacienda habían acordado dos semanas antes.

 

Se trata de un paquete de 540 millones de euros que incluye créditos del Banco de Inversiones Europeo (EIB, por sus siglas en inglés) para pequeñas y medianas empresas; dinero a corto plazo para trabajadores que no cuentan con seguro de desempleo; así como líneas de crédito del Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM, por sus siglas en inglés) de los estados europeos que fueron azotados con más dureza por la pandemia. Se espera que dichas medidas se comiencen a activar el primero de junio.

 

Los jefes de Estado encargaron a la Comisión Europea elaborar un plan financiero concreto para el “relanzamiento económico” de Europa. La idea es trazar un presupuesto común para la UE que contribuiría con el 2 por ciento de su PIB. Este presupuesto incluye líneas de crédito emitidas por los estados miembros así como dinero del presupuesto de la UE en términos de subsidios directos.. El Presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que algunas regiones de Europa que fueron gravemente asoladas por el corona virus recibirían “pagos transferidos” –por el hecho de que “si parte de Europa se desploma toda Europa se desplomará”.

El periódico financiero francés Les Echos comentó que los líderes de la UE no pudieron acordar las “grandes líneas” del plan de reconstrucción europea. Tan sólo anunciaron que habían ordenado a la Comisión Europea que elaborase el plan de la reconstrucción. La conversación, sin embargo “no fue infructífera”.

El periódico dice que la presidente del ECB, Christine Lagarde, alertó a los líderes de la UE que deberían estar preparados para la reducción de 15 por ciento de su PIB este año, y señaló que la Canciller alemana, Angela Merkel, luego de la conversación, dijo que respaldaba la idea del reinicio “gigantesco” y que “eran necesarias inversiones sustanciales”.

Además se dice que el presidente Macron habló de un “consenso” y de que existe la “necesidad de una respuesta rápida y fuerte”. No obstante que no se habló formalmente de los Eurobonos, quedó suficiente espacio de maniobra para definir de qué forma los “subsidios” financieros se otorgarán a los estados golpeados con más intensidad por la crisis. Estados que no se pueden permitir ser sofocados por la necesidad de tener que pagar el enorme peso de su deuda. Por ello se tiene que analizar en las siguientes semanas el problema del “servicio de la deuda”, la posibilidad del “alivio de la deuda”, tal y como se debatiera en 1953 en la conferencia de la deuda alemana de Londres.

Macron: Demandas de reparación trágicas luego de la Primera guerra mundial

Lo que está en juego y lo que divide a la mayoría de los estados de la UE de los estados europeos del Norte está, en esencia, vinculado, a la cuestión de si la UE sigue siendo una proyecto político que parte de la solidaridad, o si sólo es un proyecto comercial. En su discurso ante el Parlamento Federal Alemán, la canciller recalcó con firmeza que ”Alemania sólo está en buena forma si Europa está en buena forma” y que “estamos unidos en una comunidad de destino”.

Algunas ideas constructivas fueron delineadas por el presidente francés, quien, en una larga entrevista con el Financial Times (FT) el 17 de abril, advirtió que la UE dejaría de ser un “proyecto político” a menos que le dé su apoyo a los países más afectados negativamente por la pandemia del corona virus, como Italia, y se mostró de acuerdo con el Plan de Reconstrucción Económica de la UE.

Para ilustrar lo qué está en juego en la Eurozona utilizó los ejemplos de la Historia; señaló el “colosal y trágico error de exigir reparaciones de Alemania después de la Primera guerra mundial, “lo cual desencadenó una reacción populista alemana y el surgimiento del nazismo, y el fin de la Segunda guerra mundial cuando el Plan Marshall con “Helicopter Money” financió la recuperación de la guerra del devastado continente europeo. “Estamos en el momento de la verdad”, agregó Macron, “en el que hay que decidir si la Unión Europea es un proyecto político o tan sólo un proyecto de mercado”.

Al pasar revista de los últimos años, en los que Europa fue golpeada  por: el terrorismo, luego por la migración que la desestabilizó y ahora por la crisis sanitaria, Macron dijo que pensaba “que estamos a punto de salir de un mundo en el que hubo híper financiación de un lado, en el que hubo hegemonía financiera y hegemonía de potencias militares que no cooperaban entre sí, para entrar a algo que nos ayudará a repartir las cartas”. Señaló que en medio de dicha “crisis existencial” cuando la gente voltea los ojos hacia la cooperación, es el momento de “repensar el multilateralismo” que siempre tuvo sus mejores horas en las postrimerías de las guerras mundiales.

Llamado a la solidaridad con Italia y España

Macron reiteró varias veces la necesidad de desplegar “la mayor solidaridad con Italia y España, porque entre las democracias europeas, ellas fueron las primeras en ser alcanzadas por la pandemia. Y la manejaron con coraje y valentía, y si me es permitido decir algo, recogieron las piezas rotas del resto de nosotros (…) Pero nos beneficiamos de aprender y de cooperar con ambas. Era difícil ayudar a Italia con equipos cuando llegaron los abastecimientos porque nosotros no teníamos suficientes. Así que hicimos un esfuerzo y entregamos millones de máscaras a los italianos” y “entregamos respiradores”. Dijo estar orgulloso de que “Francia no cerrara su frontera con Italia”.

El presidente francés comparó el corona virus con un “choque asimétrico, con una epidemia que se ha extendido por todo el mundo (…) Al principio hubo una retirada nacional, muchísimos países sellaron sus fronteras y sencillamente manejaron la crisis de forma nacional. Hoy trabajamos dentro de la Unión Europea y dentro de la Eurozona respetando nuestros tratados. Subrayó en este plano que lo que necesitamos ahora son “transferencias financieras y solidaridad” para que Europa pueda proseguir.

También subrayó que los países que hoy tienen solidaridad financiera son los países que cuando esto llega a la macro economía serán los beneficiarios netos de la Eurozona y de la Unión Europea. “Se trata de países que son por mucho los más grandes beneficiarios de la Eurozona y del mercado común. No podemos tener un mercado común donde algunos son sacrificados. Así que estamos en el momento de la verdad, cuando ya no es posible –no estoy hablando (de las deudas) del pasado- financiar lo que no está mutualizado por el gasto que estamos emprendiendo en la batalla contra el Covid-19 . Necesitamos un reinicio económico (…). Es imposible dejar esto en manos de naciones solas. Imposible porque es insostenible”.

Macron: momento de la verdad

Cuando el FT le preguntó si lo holandeses y los alemanes no estaban listos para hacerlo, Macron dijo que él mantenía una comunicación constante con Angela Merkel y Mark Rutte y que simpatizaba con los que hablaban del riesgo moral. “No digo que tenemos que cancelar todas las deudas anteriores. Lo que sí digo es que para seguir en la ruta compartida, tenemos que abordar este problema. Y cada vez nos hemos enfrentado a estos momentos en la Historia, cuando dijimos que los pueblos que habían pecado tenían que pagar, hace un ciento de años, cometimos un error. Hace un centenar de años, cuando Francia salió de la Primera guerra mundial se dijo “Alemania tiene que pagar. Un error colosal y trágico… que condujo al surgimiento del populismo en Alemania, y cincuenta años después, pasó lo peor”.

Agregó que Europa no tiene otra opción. “El asunto es desenmarañar el proyecto europeo o seguir adelante con él, no hay otra opción. Llamadlo como querréis, fondo monetario etcétera… podría llamarse presupuesto europeo, o la red financiera multianual, la MFF. Lo importante es la capacidad de emitir deuda común, tener garantías comunes, financiar gastos en determinados países. El financiamiento no puede ser de acuerdo a tu PIB o a lo que hayas contribuido, porque hemos decidido compartir la jornada”.

Macaron observa de forma muy sencilla la lógica de los populistas que expresan regularmente su cinismo sobre el proyecto europeo. Los populistas van a decir: “¿Aventura nos están ofreciendo? Esta gente no nos protegerá en tiempos de crisis, no nos protegerán el día que viene, no nos mostrarán solidaridad. Cuando lleguen los migrantes nos dirán que nos las arreglemos con ellos. Cuando llegue la epidemia nos dirán que es cosa nuestra… Todos están con Europa cuando se trata de los empleos y de los mercados y de la producción de autopartes que ya no hacemos en nuestro país. Pero no están con Europa cuando se trata de mutualizar las deudas”. Así que llegamos al momento de la verdad, cuando tenemos que saber sí o no la Unión Europea es un proyecto político o estrictamente uno de mercado. Creo que es el político. Cuando es así, la humanidad está colocada en el centro y las nociones de solidaridad se ponen en su lugar”.

*MSIa Informa

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